lunes, 23 de marzo de 2015

PASO 39 “ENTRENA TU MENTE”





Con los deberes bien hechos, después de seguir una rutina exhaustiva para conocer, controlar, dialogar y acorralar al bichito, en mi lucha por superar ésta depresión mi propósito es reincorporarme a la vida laboral y a la actividad cotidiana. Si algo puedo sacar en positivo de ésta traumática experiencia es que si bien ha barrido por completo mi cerebro y destrozado los pilares mal construidos sobre los que se asentaba mi personalidad, es que una vez limpiada la zona afectada que estaba llena de fragmentos y restos de mi intelecto y mi sistema emocional, ahora he podido cimentar lenta y sólidamente esa zona y construir unos nuevos pilares de manera tan firme y consistente, que si alguna vez los problemas y el bichito de la depresión vuelven a originar otro huracán en mi vida, no consigan ni mover un centímetro aquello que tanto me está costando construir: MI NUEVO YO.

Para llegar al punto en el que ahora me encuentro, planteándome recuperar la vida laboral y reducir hasta retirar la medicación, he recorrido los 38 pasos que he compartido con todos vosotros, aprendiendo de mi dolor y del de muchos que compartís sufrimientos conmigo, pero para avanzar, debo dar nuevos pasos para conseguir los objetivos que me he marcado.

Como ya he dicho, la depresión me obligó a crearme un nuevo punto de partida y a replantearme el conjunto de mi existencia para poder EVOLUCIONAR. He enseñado a mi cerebro a gestionar de un modo nuevo los problemas que ya tenía así como los que se presenten en el futuro. Ahora me toca pasar por un proceso que yo he denominado “reinserción sociolaboral”.

Para ello voy a trabajar como si fuese un opositor más, madrugando para estudiar y llenando mis días de horas de estudio, ejercicios físicos y prácticos.

Por ejemplo, tras varios meses de problemas severos para conciliar el sueño y dormir 4 horas seguidas sin ataques de ansiedad incluso bajo los efectos de la medicación, aunque ahora logre dormir 7 horas seguidas, mis horas de sueño están desequilibradas, un día duermo desde las once de la noche a las 6 de la madrugada y otros no me quedo dormido hasta las 5 de la madrugada y me levanto pasado el mediodía.

Para poder incorporarme a la vida activa debo estabilizar mis horas de sueño hasta que coincidan con las del trabajo que voy a desempeñar. Como os contaba anteriormente la depresión me hizo replantearme mi vida al completo, incluyendo mi oficio y vocación.

Si antes creía que sólo era válido como cocinero y para ello debía pasar demasiadas horas y festivos alejado de mi familia, ahora busco algo diferente para mi futuro y voy a dedicarme a estudiar, impartir cursos de cocina y a una empresa de nuevas tecnologías aplicadas a la iluminación profesional. Por lo tanto mis horarios de trabajo también serán muy diferentes a los que tenía hasta sucumbir a la enfermedad.

Pues bien, si mis nuevos ciclos de actividad van a ser de 8 de la mañana a 8 de la tarde, antes de volver a la vida activa, voy a trazar un plan de adaptación, empezando como dije con las horas de sueño y centrando mis obligaciones en ese horario mencionado como ciclo de actividad.

En ese “ciclo de actividad” voy a distribuir mis tareas bien especificadas y planificadas con sus pertinentes pausas para comer o descansar y por supuesto mantener en ese planning mi actividad deportiva. Esto último, el hecho de salir a correr o hacer unas flexiones y abdominales cada día está siendo casi tan efectivo como la medicación. Llueva o haga calor, esté triste o muy triste, hago mis tareas y cumplo con mi ratito de deportista. Aparte de devolverme el aspecto saludable que había perdido mi mente se siente de nuevo dueña de mi cuerpo. Y eso no tiene precio y merece sobradamente el esfuerzo.

Y por último, como entrenamiento mental, he hecho acopio de varios libros sobre psicología y otros temas de mi interés para acostumbrar de nuevo a mi cerebro a asimilar conocimientos nuevos, ya no se trata de leer algo que me eluda de mis problemas, se trata de recuperar la normalidad en mis procesos mentales y fomentar mi desarrollo intelectual.

Para terminar, y en un paso que habla sobre el entrenamiento mental, no se me ocurre mejor autor de una cita célebre que Stephen Hawking, que además de ser una de las mentes más brillantes de la historia es para mí y unos cuantos millones de personas, un ejemplo de superación ante una inimaginable adversidad.


“Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira  antes de cruzar la calle”.

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