Y no hablo de encontrar pareja necesariamente, hablo de
encontrar lo que realmente amamos en la vida para aumentar la motivación
necesaria para superar ésta depresión.
En estos momentos, habita en lo más profundo de nuestra
mente un bichito que controla nuestros pensamientos y emociones, cubre nuestra
existencia de un manto gris casi opaco y nos oculta todo lo bello que hay en
nuestra vida. Éste bichito se alimenta de nuestros sentimientos negativos, de
nuestro llanto, de nuestra pasividad y de nuestros problemas haciendo todo ello
más grande, y haciéndose cada vez más fuerte y poderoso.
Hasta ahora hemos trabajado en la creación de pautas para
reducir la acción del dichoso bichito, le hemos restado tiempo para actuar
mientras salíamos a correr o hacíamos las tareas de la casa mientras sonaba de
fondo Juan Magán. Pero el fin de éste proceso no es el de ralentizar la
capacidad del bichito ni el de mantenerlo distraido, lo que realmente deseamos es
detenerle para poder finalmente destruirlo de una vez por todas y para siempre.
El amor, esa palabra tan efímera e indefinible abarca un
amplio abanico de posibilidades, es ahora cuando hemos de hallar aquellas
personas y/o acciones que estimulan nuestro sentimiento de amor.
La mejor
manera de debilitar al bichito es cubrirlo de amor, no de amarlo, sino
bloquearlo.
Se trata de nuevo de realizar un pequeño ejercicio de
autoanálisis similar al típico de “A FAVOR Y EN CONTRA”. Es muy importante
tratar de ser objetivos con la realidad, teniendo en cuenta que el bichito sólo
nos muestra los aspectos negativos de nuestra vida. Se trata de apuntar en
primer lugar todos los factores negativos de nuestra vida (los precursores de
la depresión), bien definidos, no sirve el “ESTOY TRISTE”, debemos especificar,
por ejemplo “ESTAR SIN TRABAJO Y SIN RECURSOS ECONÓMICOS me causa tristeza y
ansiedad”. Y mediante éste análisis hacer un listado con todos. En principio,
si padeces también depresión, éste listado se te hará enorme, pero no te
preocupes, en esto ocurre como en los juegos de naipe, donde algunos
sentimientos positivos tienen mucho más valor que muchos sentimientos
negativos.
Ahora vamos al tema de hoy, a ENCONTRAR EL AMOR. Realizaremos
un listado con todo lo bueno de nuestra vida, que lo hay, todo aquello que nos
infunde amor. Para ello os aconsejo que lo hagáis en vuestro MEJOR MOMENTO del
día, es decir, los pacientes de depresión y ansiedad normalmente, bien gracias
a la medicación o a nuestros hábitos constructivos, tenemos a lo largo del día
un momento en el que nos sentimos un poco menos bajos de ánimo y más lúcidos.
Ese es el momento adecuado.
Para los que somos padres, jugamos con alguna ventaja, el
sólo hecho de ver a mi hijo sonreír es motivación de sobra para desear seguir
luchando por la vida y acabar con el maldito bichito.
Todo padre (me refiero a padres y madres por supuesto) ha
dicho alguna vez eso de “YO POR MI HIJO DARÍA LA VIDA”, pues bien, eso no va a
suceder nunca, lo que debes hacer es luchar por tu vida para ver envejecer a tu
hijo. En el juego de la vida, ser padre es como poseer una escalera de color,
con tan buenas cartas tienes que jugar muy mal para perder la partida.
Pero aquellos que no tenéis hijos, no os preocupéis, porque
hay más fuentes de amor y elementos positivos en vuestra vida de lo que imagináis.
Así podría comenzar un listado larguísimo de inspiraciones positivas para ganar
esta guerra. Como son la pareja, la familia, los amigos, la música, los
amaneceres, el olor a tierra mojada tras la lluvia, LA VIDA, hay cientos de
elementos en nuestra vida, pequeños y grandes, que nos inspiran esa cálida
sensación de regocijo que yo llamo AMOR y que es el pegamento que hará sólido y
fuerte nuestro “TERCER PILAR” (leer PASO 23 “MOMENTO PARA EL AUTOANÁLISIS”).
Una vez terminada la lista con todos los aspectos positivos
de nuestra vida, nos damos cuenta que hay más de los que imaginábamos y sobre
todo de mayor importancia.
Vuelvo a hacer uso de mis ejemplos chorras. Supongamos que
soy de nuevo ese Buceador de Profundidad de enorme talento y pasión por su
trabajo pero que reside en Toledo. Por volteretas de la vida me enamoré de una
mujer de Toledo, nos compramos una casa allí y tuvimos un hijo,
desgraciadamente nos separamos, me tuve que quedar con la casa, la maldita
hipoteca, la manutención de mi hijo y además estoy obligado a residir allí, en
primer lugar por seguir viendo a mí hijo todos los fines de semana y en segundo
lugar porque el importe de la hipoteca es mayor que lo que obtendría alquilándola
y ahora si la vendo perdería dinero porque la compramos en pleno “boom”
inmobiliario. Vamos, un panorama muy jodido y bastante factible. Pues bien, el
hecho de no encontrar trabajo de buceador en Toledo (que raro ¿verdad?), haber
consumido mis ahorros con la separación y los enormes gastos que tengo ahora
sumados al hecho de no poder disfrutar de mi hijo todo cuanto quisiera han
acabado por sumirme en una depresión.
Pues bien, teniendo claros cuales son los precursores de mi
depresión, toca hacer recuento de mis factores para la recuperación. En
primerísimo lugar, tengo un hijo por el que merece la pena vivir y luchar, un
grupo de amigos que me apoya, estoy a 20 minutos en tren de Madrid, donde
tampoco voy a poder trabajar de buceador, pero probablemente encuentre algún
empleo con el que hacer frente a mis obligaciones, he conocido a otra mujer en
las clases de baile a las que me apunté para apartar durante unas horas al
bichito de mi vida y puede que se mude conmigo y compartamos los gastos y así
un largo etcétera.
Viéndolo desde esa perspectiva nos damos cuenta de que en
nuestra vida los problemas a veces no son tan grandes y graves como pensamos,
que muchas razones para vivir y seguir peleando y aunque no soy muy refranero,
voy a terminar con un refrán que me viene al pelo, recordad: -“No hay mal que
cien años dure…ni cuerpo que lo resista”.
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