jueves, 26 de febrero de 2015

PASO 9 "TIEMPO AL TIEMPO"

PASO 9 “TIEMPO AL TIEMPO”

Sé paciente, llevo desde el 5 de noviembre diagnosticado de depresión, pero no sé ni desde cuando afectado por ella, han pasado varios meses e ignoro cuanto tiempo me queda hasta salir curado y reforzado. Siempre he sido cronoadicto, desconozco si existe tal término, quiero decir que siempre vivía anclado a las órdenes de mi reloj. Él fue mi guía, quien me decía es hora de levantarse, de ir al trabajo, de comer, de jugar con mi hijo…. Él marcaba mi ritmo diario y desde que enfermé mi relación con él se ha vuelto incómoda y dolorosa. Ya no puedo recibir sus órdenes y atender sus obligaciones. El reloj ha pasado de ser mi guía a ser un incordio y un motivo de culpa. No puedo seguir viviendo e expensas de sus peticiones, y esto es en parte beneficioso. Entre mi jodido insomnio crónico y la medicación no puedo atender a horarios digamos, normales. Me despierto cuando me despierto, a veces a las 6 de la mañana, y a veces, las mayores a las doce o la una del mediodía. Si no fuese por mi mujer y mi hijo seguría durmiendo, y desde aquí te agradezco tu esfuerzo y tu comprensión al tratar de despertarme cada día. Como dije desde un principio mi mayor deseo al despertar es continuar durmiendo. Pero me he obligado a ser razonable y consciente de que el tiempo no corre hoy igual para mí como lo hacía antes. Básicamente porque aquello que para mí llevaba unos minutos, como es desayunar y estar activo ahora me lleva horas, porque hacer la compra, incluso con la pertinente lista, me demora más de lo habitual, y es que me paso el día empanado. Me cuesta horrores el mero hecho de recordar hacía que pasillo iba y que debo comprar, pero recuerda…TODO esto es normal, y debes (o debo) ser consciente de tus nuevos tiempos, no te culpes ni te agobies porque tus minutos se hayan convertido en horas.
Nuestra vida, mi vida, está marcada por el TENGO, el DEBO, el VOY… pero amig@.... Todo eso ha quedado atrás por un tiempo indefinido. Así que no me queda más remedio que adaptarme a mis tiempos. Afortunadamente mi pareja y mi familia me entienden en mayor medida y me comprenden. Así que despierto, desecho la idea de volver a dormir e invoco, como expliqué anteriormente una imagen, un pensamiento que me llene de amor. Cada mañana desde hace meses mi cerebro despierta con deseos de morir, seguir durmiendo o preocupaciones, ante esto, yo busco en mi interior un momento de paz y felicidad. En mi caso suele ser de mi hijo pequeño, mi luz. Recuerdo su nacimiento, su sonrisa ingenua y sincera, su olor, sus abrazos, y su voz diciendo papá… Atrapo esos momentos, esas sensaciones, las atesoro y obligo a mi cerebro a hacerlas prevalecer sobre todo lo malo, por mucho que sea. Y digo gracias, gracias por tenerle en mi vida, gracias por hacer que mi miserable existencia tengo un sentido. Y dedico todo el tiempo necesario a embriagarme de esa sensación sobre todas las demás. Una vez que la única voz que tengo en mi cerebro (sí, oigo voces, estoy jodidamente enfermo) es la de mi hijo, decido sacar un pie de la cama. Me resulta tremendamente difícil dar ese primer paso, Morfeo, la depresión y mi cama me exhortan a quedarme allí, calentito, hasta el fín de los días…. Pero por suerte, la voz de mi hijo es más poderosa, y debo decir, primero porque es cierto, y segundo porque van a leer todo cuanto he escrito, que su amor y sus voces también me invitar a seguir con vida, a ponerme en pie, pero en mi caso, ninguna voz es tan poderosa como la de mi hijo, y eso que apenas habla.
Así que resumo, en mi caso el tiempo fluctúa de forma arrogante y ajena a mi modo habitual, todo me lleva mi tiempo, comer, hablar, sentir, amar… Pero me veo en la obligación de asumir y entender. Si mi reloj actual me indique que lea o escriba hasta las 7 de la madrugada…. Hago caso omiso de mi antiguo raciocinio. Mi reloj ahora es Californiano, va horas por detrás de mi normalidad, y he de asumirlo. Me sentía fatal porque mi reloj y el del resto del mundo que me rodea fueran tan dispares, pero es lo que me toca, mi enfermedad, mi vida, mi reloj. Ahora desayuno a las 13 horas, como a las 18 horas de la tarde y duermo cuando puedo. Asume que tu vida ha cambiado, asume que estás enfermo, muy enfermo, asume que vas a sentirte culpable por TODO, y asume que el tiempo no circula como antes. Pero sobre todo asume que estás malito y esto modifica de pleno derecho TODO lo anterior.

Ahora es el momento de ser flexible, sé fiel a tu medicación, pero si no puedes ser fiel a tu clase de paddel o de papiroflexia…no pasa nada. Aunque te cueste creerlo el mundo NO gira a tu alrededor. Soy consciente que en nuestra noción del tiempo existen factores, digamos ineludibles. Tengo que llevar a mi hijo al colegio, parece una obligación marcada y pendiente de un reloj, pero… realmente lo es? Habla con tu pareja o tu familia, diles cuánto yo te he dicho y si dormir es más importante….realmente lo es. Estamos en un proceso de curación, no sabemos cuánto tiempo nos llevará, no sabemos cómo salir de ella, pero has de saber que tu tiempo, tus tiempos han cambiado y si necesitas más tiempo del habitual para llevar a cabo acciones sencillas es NORMAL y tu entorno lo entenderá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario